10- La Esposa Casta y Fiel


Una muy casta esposa había
Muy dedicada a su esposo
En todo lo complacía
Siendo él ya viejo y leproso

Mas un día notó ella
Que algo a él le perturbaba
“Dime querido, que te apena”
Le dijo ella preocupada

“No te siento muy feliz
A pesar de mis esfuerzos
¿Ves deficiencia en mí?
¿Hice algo incorrecto?

No sonríes ni me hablas
Y te siento molesto
¿Porqué tu problema callas?
¿Guardas un temor secreto?”

“Nada de eso me sucede
¿De qué me puedo quejar?
Siempre actúas cual conviene
Y eres una esposa ideal

En verdad me averguenza
El confesarte esto
Pero mi mente no encuentra
Sosiego ni contento

Toda riqueza poseo
Por la compañía tuya
Pero me considero
Víctima de mi lujuria

La imagen de una prostituta
Mi conciencia domina
Y ésta de nada disfruta
Ansiando su compañía
¿Cuándo estaré con ella?
¿Cuándo podré abrazarla?
Perdona esposa buena
Mas esto es lo que me amarga...”

Y para gran sorpresa
Esta esposa destacada
Se volvió la sirvienta
De la que él tanto deseaba

Todas las mañanas iba
A limpiarle la casa
Hasta que la dueña un día
Notó que algo extraño pasa

“Mi casa luce limpia
Todas las mañanas
¿Cómo esto se explica?”
le preguntó a sus mucamas

“La esposa de un dvija pobre
Limpia y ordena temprano
Y la esperanza esconde
De pedirte algo a cambio...”

“Mañana mismo quiero verla
Y saber de su pedido
Comuníquenselo a ella...”
Así quedó convenido

Y al otro día dicho y hecho
Habló con la esposa buena
Y pensó era de provecho
Invitarlos a una cena

Puso vino en finos jarros
Y carne en ricas bandejas
Y en recipientes de barro
Puso sencillas recetas

Y una vez que llegaron
El brahmana con su esposa
A la mesa se sentaron
Que lucía fastuosa

“En estas bandejas doradas
Hay preparaciones con carne
En barro están las vegetarianas
Sírvete las que te agraden...

¿De las de oro quieres
O de las que están en greda?
Dime de cuales prefieres...”
Dijo la anfitriona aquella

“¡Oh no! Dijo el brahmana
Yo carne nunca he comido
Quiero vegetales y agua
Nada de sangre ni vino

Aunque en oro servidas
Prefiero las de greda
No es una buena comida
La que rechazan los Vedas...”

“pues así mismo dijo ella,
La que hacía de anfitriona
Vestida estoy en ricas sedas
Y joyas de oro me adornan

Mas mi interior no es bueno
Por ello caes en falta
Si por mi aspecto externo
Cambias a tu esposa casta...”

Cayó el brahmana al suelo
Respetando a la señora
“Perdóname le dijo en ruego
Con que lucidez me aleccionas

Actuando como mi guru
De la ignorancia me sacas
Me libraste del disturbio
De la lujuria más baja

¡Como a mi lado tenía
A una esposa tan buena!
Perdóname esposa mía
Por causarte esta pena...”

Que hermosa y bella historia
Que ensalsa la castidad
Es en la mujer gran gloria
Su humilde servicialidad

Gran poder obtienen ellas
Al ser fieles y puras
Ni leyes ni falsos lemas
A su bienestar ayudan

Pues no son fieles ¡y entiendan!
A un hombre carne y hueso
Sino a un Dios que nos enseña
Los más sabios consejos

Todo pueden controlarlo
Por fuerza de su amor
¿O acaso no han escuchado
Que madre hay una y no dos?

Es natural a la mujer
El buscar la protección
Y sólo la puede obtener
Si conquista el corazón

Fina tarea y hermosa
Muy delicada y sublime
La de ser una buena esposa
La de ser madre sensible

No hay noche ni día
Ni descanso ni vocación
Guarda el Veda gran estima
Por tan digna vocación

¿No han cantado los poetas
Más a ellas que a ejecutivas
Más que a destacadas y diestras
A dulces madres sencillas?

Sociedad de competencia
Es la que vivimos hoy
Se completamente la pareja
Es lo que nos manda Dios

Que fantástica prueba
La que esta mujer pasó
La meta verdadera
Es la virtud interior

No hay cosmético más bello
Ni silueta ni perfume
Que un apoyo verdadero
En las vicisitudes

¿Qué ley del divorcio
Tal acto elogiaría?
No hay avance tampoco
Donde el perdón se castiga

Debe ser el matrimonio
Un continuo progreso
El amor sea testimonio
De este sincero esfuerzo

Hombre y mujer se ayuden
Con profunda amistad
Y en su camino no duden
En dejarse aconsejar

Creó Dios el matrimonio
Para que lo amemos a El
Pues El es el amor en todo
Aprendamos a florecer

Otra historia nos relata
Que la que bien instruía
Tanto en barro como en plata
Puso la misma comida

Y al brahmana le sirvió
De ambas bandejas por igual
Y después le preguntó
De cuál le gustaba más

“Pues en verdad te confieso
dijo él con extrañeza
Que el mismo sabor encuentro
No siento la diferencia

Ya me sirvas de las de greda
O de las de oro y plata
No hay distinción verdadera
Del mismo sabor se trata...”

“Así mismo dijo ella
Es con una mujer u otra
Si algo nuevo esperas
En mucho te equivocas...”

Egoísta es la vida sexual
Cara, ciega, infiel, limitada,
Enciende el deseo y la ansiedad
Envejece y degrada

Al mundo entero ilusiona
Con sus falsas esperanzas
Y así es reina y su corona
De siglo en siglo pasa

Vedla derrocar imperios
Familias, reyes, ascetas
Vedla rompiendo sueños
Amiga de alcohol y violencias

Sólo para procreación
Entre virtuosa pareja
Para tener la bendición
De descendencia regia

Como el fuego es la mujer
Y el hombre es mantequilla
Buen ghee se puede obtener
Si al asociarse se ilumunan

No veas en mis palabras
Represión o insanidad
El mundo mismo no calla
Esta clara verdad

Su vida pierde el hombre
Si en sus ardides tropieza
¡Vida sexual! No hay nombre
Para esclavitud más vieja

Ser fiel en el matrimonio
Es principio de pureza
De a poco se logra todo
Según la naturaleza

Más ama la castidad
Quién más ama a Dios
Es principio de libertad
Una sabia contención

La castidad dignifica
Y ennoblece el amor
Y al alma la purifica
Dándole buena razón

La castidad del cuerpo
Es del alma y del corazón
Pureza de pensamiento
Es la que nos lleva a Dios

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