Hay hombres como camellos,
Marranos, asnos y perros,
Escuchen que dicen de ellos:
El camello come espinas
Que le cortan la lengua
Y al beber su sangre tibia
Con placer la paladea
Así el hombre atado al sexo
Disfruta al ceder su semen
¡Cuánto gozo! –piensa de eso-
Más es su sangre la que pierde
(Cincuenta gotas de sangre
Forman sólo una de semen
Tanta energía que a nadie
Perderla le conviene)
El hombre como marrano
Sólo busca disfrutar
Si es limpio, sucio, bueno, malo,
Poco le puede importar
Si daña o deja secuela
Si atenta o no a la moral
No interesa, es su escuela:
“Goza hoy, ya se verá...”
Se sabe del pobre burro
Que es bueno para el trabajo
Mucho carga, le da duro
A cambio de su pasto
Más ya hay verde en todo lados
¿Para qué entonces servir
A un hombre que por pago
Le da un trato tan vil?
Así Dios ya nos da todo
Si lo queremos complacer
-Ropa, comida, acomodo-
Nada nos falta a Sus pies
Y el perro una gracia aprende
Para ganarse un amo
Siempre de otros depende
Y los sirve como esclavo
Más quien es sobresaliente
Se consagra a un gran ideal
Ante el mundo es un valiente
Y lucha por la verdad
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