Paramatma y atma son dos aves
Y este mundo un árbol de dos frutos
Que uno a dulce y otro a amargo saben
No haya aquí Paramatma ningún gusto
Atma sí embelezado queda
Saltando de una a otra ramilla
Mientras Paramatma lo observa
Ansiando su pronta fatiga
Un fruto y otro fruto prueba
-Dulce y amargo así experimenta-
La Gran Alma impaciente espera
Que un día él note Su presencia
Que dejando las sombras duales
Renuncie al mundo y se dé cuenta
De que existen otras realidades
Más allá... en feliz trascendencia
“Amiga alma, -le dice de adentro-
¿No ves que aquí todo es transitorio?
No hay paz verdadera ni un momento
Todo éxito aclamado es ilusorio...”
Ojalá un día atento preste oídos
Dejando a un lado la embriaguez del mundo
Y al volverse vea a su eterno amigo
Quien lo ama y cuida como ninguno
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